05 Ene Cinco razones para escribir
Quizás siempre has querido escribir un cuento para tus hijos o aventurarte a contar la historia de tu vida, pero pasa el tiempo y no te atreves a intentarlo. ¡Sería grandioso que te dieras esa oportunidad! Estoy segura de que sería una experiencia inolvidable, capaz de traer muchas cosas positivas a tu vida.
Existen muchas razones que podrían convencerte de dar el paso, hoy comparto solo cinco que pueden motivarte:
- Cuando escribes, expresas tu libertad
La escritora británica, Virginia Woolf, nos legó una frase muy reveladora sobre la censura y la libertad de expresión y pensamiento, que también aplica a nosotros mismos cuando autofrenamos nuestro impulso creativo: «No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente».
Pensar es un derecho inalienable y el acto de escribir es una forma de recordar que somos libres. Cuando escribes sin ataduras, disfrutas de tus derechos de pensamiento y expresión.
- Cuando escribes, estimulas tu creatividad
¿Sabías que el amor y la creatividad van de la mano? Osho nos lo recuerda con esta poderosa frase: «Ser creativo significa estar enamorado de la vida. Usted puede ser creativo solo si ama la vida lo suficiente para querer realzar su belleza, traer un poco más de música a ella, un poco más de poesía a ella, un poco más de baile a ella».
El acto de escribir invita al amor y a la comunión con la existencia, estimula el pensamiento, la memoria y la imaginación.
- Cuando escribes puedes crear un gran hábito
Al principio, el acto de escribir puede parecerte difícil y hasta infructuoso. En verdad, adquirir el hábito de la escritura es una misión para todos los escritores que desean superarse y producir obras de calidad. Solo el ejercicio diario y disciplinado puede desarrollar el músculo de la escritura y activar la creatividad. Si te das la oportunidad y escribes a diario o con frecuencia, notarás que tus habilidades mejoraran día tras día, verás que aumenta tu conocimiento y dominio del lenguaje y de las formas narrativas, y al poco tiempo te sorprenderás, pues reconocerás que eres capaz de escribir maravillosos textos. El profesor canadiense Herbert Marshall McLuhan dijo alguna vez que «La mano que escribió una página, construyó una ciudad».
Hablando de escritores con disciplina, no podemos obviar la rutina diaria de Stephen King: lee durante cuatro horas y escribe otras cuatro. Claro, no todas las personas pueden disponer de ocho horas diarias para esta labor, pero es posible crear una rutina para dedicarle por lo menos una hora al día a la lectura y/o a la escritura. Lo importante es que construyas día a día esa ciudad interior de la que habla Marshall McLuhan, y que se agita en ti a través de las palabras.
- Cuando escribes, te motivas a aprender
Escribimos sobre lo que habita nuestra mente, y en ella viven las memorias de todo lo que hemos leído, aprendido y también lo que nos han contando. Leer y escribir son facultades que se retroalimentan la una de la otra, permitiendo que el flujo de palabras e ideas viajen entre un proceso y el otro y se manifiesten a través de la comprensión del lenguaje. Cuando estamos escribiendo sobre un tema en particular, tendemos a buscar fuentes de información y libros que hablen sobre lo que estamos escribiendo. Motivados por el deseo de escribir sobre un tema, analizamos, comparamos y asimilamos conocimientos a través de la lectura, y hasta podemos convertirnos en expertos en el tema que nos interesa.
- Cuando escribes, tienes la mejor compañía
No importa el lugar en el que te encuentres, ni la situación por la que atravieses, un lápiz y una libreta pueden estar contigo 24/7. A veces, cuando la vida nos golpea fuerte, buscamos refugio para disipar las penas. La escritura es una gran compañera que nos ayuda a sobrepasar momentos difíciles, pues nos sirve de confidente y a la vez de herramienta para nuestra catarsis. Grandes obras se han escrito en tiempos de oscuridad y tormenta. Se dice que Miguel de Cervantes Saavedra escribió parte de su obra cumbre en uno de aquellos periodos en los que estuvo preso. Por su parte, J.K. Rowlling, autora de Harry Potter, terminó su obra en medio de la depresión causada por su divorcio y dificultades económicas.
He mencionado solo cinco razones para demostrarte que escribir vale la pena. Quiero animarte a que lo intentes o a que no desistas, si es que ya has comenzado. La escritura puede alumbrar tu camino y si otras personas te leen, seguro te complacerá saber que puedes aportarles no solo entretenimiento, sino también motivación o conocimientos.
«Hay un momento en que todos los obstáculos se derrumban, todos los conflictos se apartan, y a uno se le ocurren cosas que no había soñado, y entonces no hay en la vida nada mejor que escribir». Gabriel García Márquez
No se necesita ser un escritor premio nobel para experimentar el encantamiento de la escritura: ¡Descúbrelo por ti mismo!
Pilar Vélez, Coach editorial
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